DivaRabiosa

lunes, 2 de abril de 2012

Si estoy en el paro, por favor, no me digas estas frases

Antes de nada me gustaría aclarar algo. Con este post no pretendo que nadie se dé por aludido, ofender o resultar desagradecida, no es mi intención. Son sólo ideas de buena mañana…

Dicho esto, empiezo. No tengo un trabajo estable, de acuerdo. Pero mi mente está más activa y lúcida que nunca. Tengo ideas, proyectos e ilusiones a las que estoy dando forma y que aspiro a materializar, ojalá, en un futuro próximo.

Y por eso en estos días, digamos, de transición no me gusta escuchar frases del tipo:

  • “Si yo estuviera en tu lugar, me levantaría tarde o estaría durmiendo la mitad del tiempo”. Dormir está bien, no lo niego. A mí, por lo menos, me gusta. Pero es que no estoy de vacaciones. En mi opinión, el ocio, las vacaciones, son la contraparte del trabajo. Y en este momento lo de no tener una ocupación remunerada no ha sido idea mía. Así que descansar es más bien un ocio forzoso que intento aprovechar al máximo, eso está claro, pero no para tumbarme a la bartola. 

  • “¿Por qué no aprovechas ahora que estás sin trabajo para hacer esas cosas que no harías si trabajaras?”. Leer, hacer deporte, quedar con amigos… Más de lo mismo. Es cierto que a veces el trabajo no nos deja todo el tiempo libre que nos gustaría, pero precisamente el tiempo es algo que yo suelo aprovechar. E incluso cuando tengo trabajo, intento hacer las cosas que me gustan y, aunque pueda parecerle sorprendente a alguien, entre esas cosas también se encuentra trabajar.

  • “Ahora tienes más tiempo para dedicárselo a la casa”. Si las dos frases anteriores me gustan poco, ésta me gusta menos. Las tareas del hogar, esas grandes desconocidas no remuneradas en la mayoría de los casos. Son trabajo, sí señor, aunque haya quien no lo considere de esta forma, y me atrevo a decir sin equivocarme que son una jornada laboral larga (suele durar todo el día) y cansada. Y si no lo creéis así, preguntad a vuestras madres o a vuestras parejas. O pregúntatelo a ti mismo, si estás leyendo este post y eres tú el que se ocupa de dichas funciones, dime, ¿te parecen livianas? No nos confundamos. Cuando se compaginan con un trabajo remunerado, son parte del día a día pero cuando estás en paro, se convierten en tu día a día. Es decir, tú no las eliges, ellas te eligen a ti.

Dejo para el final mi frase favorita. Esa que como vuelva a escuchar diré, parafraseando a Belén Esteban: “Como me la repitas, ma-to”. Y es la máxima que dice aquello de: “Mueve el currículum. Mándalo a todas las ofertas de empleo que te encuentres”. ¡Vaya perogrullada! Pues claro, si lo que quiero es trabajar, lo lógico, digo yo, será que envíe mi CV a las ofertas de empleo que salgan o que lo remita a aquellas empresas en las que crea que mi perfil puede encajar.

Aunque pensándolo bien… Vamos a ver, que yo me entere… Si tengo que pasarme el día durmiendo, de ocio y ocupándome de las tareas del hogar no me va a quedar tiempo libre para buscar trabajo. En fin, será que es lunes y, como decía al principio, esto sólo son reflexiones de buena mañana…

Etiquetas: , , , , ,