#Sahel
o #SahelNOW son hashtags que llevan días apareciendo en Twitter. Pero
que la grave crisis alimentaria que, una vez más, azota esta región africana
sea Trending Topic porque añadamos esta etiqueta a nuestros tweets durante unas
horas no nos convierte en personas más solidarias o concienciadas o, al menos,
no lo hace si después de hacer RT nos sentimos mejor con nosotros mismos y
damos por zanjado el tema.
Porque así es como ocurre con la
cobertura que sobre estas cuestiones hacen los medios de comunicación. Esto es,
informar sobre lo que sucede durante el momento álgido de la hambruna para,
después, apagar los focos y llevárselos a otro lugar donde estén muriendo más
niños por la especulación y dificultad de acceso a los alimentos, o bien donde
el temblor de tierra o el tsunami hayan dejado más víctimas y destrozado más
familias y ciudades.
Como periodista, nunca dejo de plantearme cuál es
el papel de los medios ante las crisis humanitarias y en las cuestiones
relacionadas con el desarrollo y la cooperación, pero desde hace unos días esta
reflexión es constante.
Sin ir más lejos, el sábado asistí a un acto
convocado por
Acción contra el
Hambre y la
Asociación
de la Prensa de Alicante. En él, la ONG pretendía mantener un encuentro
informal con periodistas alicantinos para conocer sus dudas e inquietudes
respecto a las causas del
hambre
estacional – situación que se vive actualmente en Sahel – y sobre otros
aspectos como las terribles consecuencias de la
desnutrición, principalmente en el caso de los niños. Y digo bien
con pretendía porque a dicho acto sólo asistimos tres personas y ninguno de los
tres trabaja actualmente en medios de comunicación.
El panorama, además de parecerme desolador, me
llevó a plantearme el por qué de la ausencia de medios y periodistas. ¿Sería
porque la convocatoria no se realizó de forma adecuada o bien se debía a la
falta de pertinencia o interés sobre el tema?
Vayamos por partes. Respecto a la convocatoria,
no voy a entrar ahora en cómo se debe realizar teóricamente la gestión de la comunicación en las entidades
sin ánimo de lucro y la realidad de cómo ésta se lleva a cabo en la
práctica porque eso es otro tema pero, por lo general y más en el caso de ONGs
con un tamaño considerable y con una trayectoria larga como es Acción contra el
Hambre, una parte del total de su presupuesto está destinado a comunicación y
sensibilización sobre las acciones que desarrolla la organización. La razón es
sencilla, tan importante es realizar proyectos para el desarrollo de una región
o una comunidad como saber explicar el por qué de esos proyectos y cómo se
desarrollan. En definitiva, transparencia
en la gestión y comunicación efectiva, dos claves para el éxito de
cualquier institución, con o sin ánimo de lucro.
Pero retomando el tema de la convocatoria del
sábado, Acción contra el Hambre la realizó a través de la Asociación de la
Prensa de Alicante quien remitió la información a sus asociados y a su base de
datos. Además de ello,
lo
publicó en su web corporativa y lo hizo extensivo, y cito textualmente, “a
los miembros de la
Unió de
Periodistes o cualquier otra organización de periodistas alicantinos y a
los alumnos de Periodismo de la
Universidad Miguel
Hernández”.
En este caso, la responsabilidad por la falta de
asistentes recaería en las dos entidades. Hablando en términos
marketinianos que tan de moda están, si,
como decía antes, la ONG destina parte de sus fondos a acciones de
sensibilización, el
retorno
de la inversión de la acción convocada para el pasado sábado será: un
post, el mío, y las conversaciones que los tres asistentes hayamos mantenido
con las personas de nuestro entorno sobre el tema en cuestión.
Y entro aquí en la segunda cuestión, la
pertinencia del tema. Cierto es que en una provincia como Alicante, en la que
los medios de comunicación se dedican a la cobertura de informaciones
eminentemente locales, la situación que vive Sahel actualmente puede no ser
noticia de portada pero, ¿tan poco interesante les resulta como para no
realizar cobertura de ningún tipo?
Y voy más allá. Hablando en términos nacionales,
entiendo la grave situación económica en la que se encuentra España pero,
¿tanto nos miramos el ombligo como para no tener espacio en los medios para
informaciones que no hablen de otra cosa que no sean nuestros problemas?
Cuando, por ejemplo, este fin de semana
en casi todos los informativos de radio y televisión sí que hubo espacio y
tiempo suficientes para contar en la sección de nacional que
la
mayoría de las mujeres españolas se llaman Mari Carmen y los hombres Antonio
o, en internacional, que
las
esposas de los gobernantes asistentes a la cumbre del G-8 se reunieron en una
comida informal orquestada por la primera dama estadounidense, Michelle
Obama, en la que comieron gazpacho – eso sí, cocinado por el chef José Andrés
con ingredientes naturales del huerto orgánico que cuida Michelle – y que
realizaron un recorrido por la Casa Blanca guiadas por su anfitriona.
Decía
Kapucinsky:
“El problema de las televisiones y, en general, de todos los medios de
comunicación, es que son tan grandes, influyentes e importantes que han
empezado a construir un mundo propio. Un mundo que tiene poco que ver con la
realidad. Pero, por otro lado, estos medios no están interesados en reflejar la
realidad del mundo, sino en competir entre ellos. Una cadena televisiva, o un
periódico, no puede permitirse carecer de la noticia que posee su rival
directo. Así, todos ellos acaban
observando no la vida real, sino a la competencia”.
Es por esto que da igual el periódico
que leas, el canal de televisión que veas o la emisora que escuches. Todos
hablan de lo mismo, en un tono más o menos diferente, con un enfoque distinto o
similar pero, al fin y al cabo, de lo mismo.
Pero, para concluir, me hago a mí misma una
pregunta más. ¿Dónde quedan las inquietudes a título personal de los
periodistas? Si en los medios para los que trabajan no hay cabida para
informaciones como el encuentro del sábado, ¿acaso no hay formas alternativas
de hablar sobre ello y de darle visibilidad? Y respecto a los estudiantes de
Periodismo, ¿no tienen ningún tipo de interés por conocer de primera mano las
causas que desencadenan crisis como la de Sahel o por aprender a informar con
rigor sobre cuestiones como la inseguridad
alimentaria que afecta a más de 925 millones de personas en el mundo".
Etiquetas: cooperación, crisis alimentaria, desarrollo, medios de comunicación, Sahel