DivaRabiosa

lunes, 17 de junio de 2013

Mamá, ¿los deseos se cumplen?

Esta tarde fui con mi peque a una tienda. Allí, la chica que atendía le regaló una cinta de color naranja. Ella se la puso a mi hijo alrededor de su muñeca y le dijo: "Mientras yo la ato tú tienes que pedir un deseo. Pero no lo digas en voz alta, ¿vale?". Una vez que se la anudó, añadió: "Ahora tienes que esperar a que la cinta se desate sola. Cuando eso pase, tu deseo se cumplirá".

Unos minutos después vi a mi peque serio, pensativo y con la cinta en la mano.
- ¿Qué pasó, Pablo? ¿Ya se desató la cinta?
- Sí, mami. Hace un rato. Y estoy esperando y esperando... pero mi deseo no se cumple.
- Mi amor, los deseos no se cumplen en el momento en que uno quiere.
Él levantó su cabecita, sus ojitos llenos de ilusión buscaron los míos y me preguntó:
- Entonces, mami... ¿Los deseos se cumplen?
Yo quise decirle que sí. Un sí rotundo, enorme, que disipara de un golpe esa nube negra que empezaba a formarse sobre su inocencia. Un sí que lo hiciera sonreír, que hiciera brillar aún más sus ojos. Pero no pude. No pude decirle que sí, que los deseos siempre se cumplen.

No pude porque hoy mi alma anda triste y en lucha, intentando disipar sus propios nubarrones. Porque a veces no sólo no se cumplen los deseos sino que la vida, como si de una película se tratara, hace fundido a negro y pone el cartel de "FIN" cuando la trama a penas está empezando. Y lo que yo me pregunto hoy no es si los deseos se cumplen o no, sino a dónde van todos esos deseos - grandes, pequeños y medianos - que se truncan y que ya nunca tendrán una posibilidad para llegar a ser.

Lo que sí le dije a Pablo es que los deseos siempre hay que esperarlos y pedirlos fuerte, de corazón y con muchas ganas. Y también, que hay que poner de nuestra parte para que se cumplan, preparar el camino para que lleguen. Y, que al igual que estaba escrito en su cinta naranja, si él sonreía al mundo, a la vida, el mundo y la vida le devolverían la sonrisa. 

Yo no sé - y dudo que llegue a saberlo nunca - si todos los deseos que pedimos se cumplen, ni a qué hora o en qué momento. En mi caso, la única certeza que tengo es que cuando mi peque me abraza y me sonríe o cuando lo veo reír a carcajadas... soy yo la que, en esos momentos, olvida todos los deseos que alguna vez pedí y que aún no se cumplieron.




martes, 29 de mayo de 2012

La Caballada de Atienza



Amanecía el Domingo de Pentecostés del año 1162 en la villa castellana de Atienza (Guadalajara) cuando una cofradía de arrieros ponía rumbo a Ávila. Un viaje a caballo que duraría siete jornadas y cuyo único fin era el de poner a salvo a un niño de corta edad.

Ese niño de apenas tres años era el rey Alfonso VIII quien, perseguido por las tropas de su tío Fernando II León, salvó su vida gracias a la intervención de los hermanos de la Cofradía de la Santísima Trinidad.

Cualquier novela de caballerías podría empezar con tamaña hazaña pero la realidad siempre supera a la ficción y estos hechos no sólo son reales sino que, en parte, determinaron el futuro devenir de la historia de España. Y es que aquel niño que pusieron a salvo, el rey Alfonso VIII, años después saldría victorioso de una de las batallas más importantes de nuestra historia, la que tuvo lugar en Las Navas de Tolosa en el año 1212 frente al imperio almohade.  

Aquel acto de valentía le valió a la Cofradía de la Santísima Trinidad concesiones por parte de Alfonso VIII y de los siguientes monarcas castellanos y así lo atestiguan, por un lado, pergaminos y documentos que datan de los siglos XIII al XVI y que están firmados, entre otros, por Enrique I, hijo de Alfonso VIII; y por otro, la flor de lis presente en su bandera, insignia vinculada a la realeza desde la Edad Media. 

 
Y así, desde hace 850 años, el Domingo de Pentecostés se conmemora aquel hecho en la fiesta de La Caballada en la que los hermanos de la cofradía – vestidos con chaquetilla, capa y sombrero – cabalgan hasta la ermita de la Virgen de la Estrella, muy próxima a la villa.

Puede que la coincidencia de esta fiesta con la romería de la archiconocida Virgen del Rocío – de la que se tiene constancia a partir del siglo XV – haya hecho que La Caballada no sea tan famosa a pesar de su antigüedad y simbolismo.

Sin duda, merece la pena asistir a una de las tradiciones españolas más antiguas de las que se tiene constancia no sólo por lo que representa, sino por el placer de transportarnos a otra época y de vivir la historia, sólo con el resonar de los cascos de los caballos sobre las empedradas calles de una de las villas más hermosas de la geografía española, digna de ser el escenario de un cuento.



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lunes, 21 de mayo de 2012

Informar o no informar, he ahí la cuestión



#Sahel o #SahelNOW son hashtags que llevan días apareciendo en Twitter. Pero que la grave crisis alimentaria que, una vez más, azota esta región africana sea Trending Topic porque añadamos esta etiqueta a nuestros tweets durante unas horas no nos convierte en personas más solidarias o concienciadas o, al menos, no lo hace si después de hacer RT nos sentimos mejor con nosotros mismos y damos por zanjado el tema.

Porque así es como ocurre con la cobertura que sobre estas cuestiones hacen los medios de comunicación. Esto es, informar sobre lo que sucede durante el momento álgido de la hambruna para, después, apagar los focos y llevárselos a otro lugar donde estén muriendo más niños por la especulación y dificultad de acceso a los alimentos, o bien donde el temblor de tierra o el tsunami hayan dejado más víctimas y destrozado más familias y ciudades.

Como periodista, nunca dejo de plantearme cuál es el papel de los medios ante las crisis humanitarias y en las cuestiones relacionadas con el desarrollo y la cooperación, pero desde hace unos días esta reflexión es constante.

Sin ir más lejos, el sábado asistí a un acto convocado por Acción contra el Hambre y la Asociación de la Prensa de Alicante. En él, la ONG pretendía mantener un encuentro informal con periodistas alicantinos para conocer sus dudas e inquietudes respecto a las causas del hambre estacional – situación que se vive actualmente en Sahel – y sobre otros aspectos como las terribles consecuencias de la desnutrición, principalmente en el caso de los niños. Y digo bien con pretendía porque a dicho acto sólo asistimos tres personas y ninguno de los tres trabaja actualmente en medios de comunicación.

El panorama, además de parecerme desolador, me llevó a plantearme el por qué de la ausencia de medios y periodistas. ¿Sería porque la convocatoria no se realizó de forma adecuada o bien se debía a la falta de pertinencia o interés sobre el tema?

Vayamos por partes. Respecto a la convocatoria, no voy a entrar ahora en cómo se debe realizar teóricamente la gestión de la comunicación en las entidades sin ánimo de lucro y la realidad de cómo ésta se lleva a cabo en la práctica porque eso es otro tema pero, por lo general y más en el caso de ONGs con un tamaño considerable y con una trayectoria larga como es Acción contra el Hambre, una parte del total de su presupuesto está destinado a comunicación y sensibilización sobre las acciones que desarrolla la organización. La razón es sencilla, tan importante es realizar proyectos para el desarrollo de una región o una comunidad como saber explicar el por qué de esos proyectos y cómo se desarrollan. En definitiva, transparencia en la gestión y comunicación efectiva, dos claves para el éxito de cualquier institución, con o sin ánimo de lucro.

Pero retomando el tema de la convocatoria del sábado, Acción contra el Hambre la realizó a través de la Asociación de la Prensa de Alicante quien remitió la información a sus asociados y a su base de datos. Además de ello, lo publicó en su web corporativa y lo hizo extensivo, y cito textualmente, “a los miembros de la Unió de Periodistes o cualquier otra organización de periodistas alicantinos y a los alumnos de Periodismo de la Universidad Miguel Hernández”.

En este caso, la responsabilidad por la falta de asistentes recaería en las dos entidades. Hablando en términos marketinianos que tan de moda están, si, como decía antes, la ONG destina parte de sus fondos a acciones de sensibilización, el retorno de la inversión de la acción convocada para el pasado sábado será: un post, el mío, y las conversaciones que los tres asistentes hayamos mantenido con las personas de nuestro entorno sobre el tema en cuestión.

Y entro aquí en la segunda cuestión, la pertinencia del tema. Cierto es que en una provincia como Alicante, en la que los medios de comunicación se dedican a la cobertura de informaciones eminentemente locales, la situación que vive Sahel actualmente puede no ser noticia de portada pero, ¿tan poco interesante les resulta como para no realizar cobertura de ningún tipo?

Y voy más allá. Hablando en términos nacionales, entiendo la grave situación económica en la que se encuentra España pero, ¿tanto nos miramos el ombligo como para no tener espacio en los medios para informaciones que no hablen de otra cosa que no sean nuestros problemas? Cuando, por ejemplo, este fin de semana en casi todos los informativos de radio y televisión sí que hubo espacio y tiempo suficientes para contar en la sección de nacional que la mayoría de las mujeres españolas se llaman Mari Carmen y los hombres Antonio o, en internacional, que las esposas de los gobernantes asistentes a la cumbre del G-8 se reunieron en una comida informal orquestada por la primera dama estadounidense, Michelle Obama, en la que comieron gazpacho – eso sí, cocinado por el chef José Andrés con ingredientes naturales del huerto orgánico que cuida Michelle – y que realizaron un recorrido por la Casa Blanca guiadas por su anfitriona.

Decía Kapucinsky: “El problema de las televisiones y, en general, de todos los medios de comunicación, es que son tan grandes, influyentes e importantes que han empezado a construir un mundo propio. Un mundo que tiene poco que ver con la realidad. Pero, por otro lado, estos medios no están interesados en reflejar la realidad del mundo, sino en competir entre ellos. Una cadena televisiva, o un periódico, no puede permitirse carecer de la noticia que posee su rival directo. Así, todos ellos acaban observando no la vida real, sino a la competencia”.

Es por esto que da igual el periódico que leas, el canal de televisión que veas o la emisora que escuches. Todos hablan de lo mismo, en un tono más o menos diferente, con un enfoque distinto o similar pero, al fin y al cabo, de lo mismo.

Pero, para concluir, me hago a mí misma una pregunta más. ¿Dónde quedan las inquietudes a título personal de los periodistas? Si en los medios para los que trabajan no hay cabida para informaciones como el encuentro del sábado, ¿acaso no hay formas alternativas de hablar sobre ello y de darle visibilidad? Y respecto a los estudiantes de Periodismo, ¿no tienen ningún tipo de interés por conocer de primera mano las causas que desencadenan crisis como la de Sahel o por aprender a informar con rigor sobre cuestiones como la inseguridad alimentaria que afecta a más de 925 millones de personas en el mundo".

El viernes salía a bolsa Facebook y sus acciones alcanzaban máximos históricos. En el mundo hay casi tantas personas sin acceso a los recursos básicos para comer y sobrevivir como usuarios registrados en esta red social. No sé si se trata de un dato anecdótico, curioso, paradójico o, sencillamente, lamentable. Elegid vosotros el adjetivo.

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